luna

 

La luna es el satélite natural de nuestro planeta que da origen a innumerables historias, mitos y leyendas. En esta obra se pone en escena un mirar más allá de la cotidianeidad a partir del montaje de un telescopio y la cámara fotográfica. 

Las imágenes presentan un viaje a un paisaje lejano, inhóspito, rugoso y monocromado.  Una fascinación compartida con Georges Méliès y Julio Verne queda registrada en fotografías que contienen recuerdos helados de amistades y de aventuras familiares.

Crónica 

El 30 de agosto de 2014 estábamos en una cabaña en Villa la Angostura. Un amigo nos invitó a ver la luna llena a través de su telescopio astronómico. Mi hijo y yo fuimos a la aventura cuando se puso el sol. Nos encontramos con un lugar muy particular, elevado, reducido, todo de madera. Muchos libros, fotos en las paredes, mapas del cielo, constelaciones. Conectamos el cuerpo de la cámara al telescopio y por coordenadas buscamos la luna a través de la pantalla de la computadora. La emoción a flor de piel.

 

Aún recuerdo el sonido mecánico del lente hasta ubicarse. Los primeros disparos, ahí estaba ella, la más bella. Primer disparo, movida. Así salían buenas fotos pero con movimientos, a pesar del temporizador. “Ahora sin respirar” y en un largo tiempo de exposición logramos estas fotografías de la luna llena. De pronto no se veía nada y quedamos atónitos. Nevaba. Afuera la helada vestía todo de blanco y hielo. También al enorme lente del telescopio. Guardamos todo y con sumo cuidado bajamos la escalera de madera, congelada y con escarcha.